El perro es el centro de atención, no se le asigna un lugar para descanso apartado, acompaña permanentemente a un integrante de la familia como si fuese su sombra.

Nos sigue permanentemente con la mirada y con su cuerpo, “no descansa”, y en el momento de mayor requerimiento de sueño y crecimiento el cachorro no logra estabilizarse y ser equilibrado, recibe un incesante bombardeo de estímulos, que lo sobreexcitan.

El Cachorro no aprende a estar solo, y mucho menos a ser independiente, acorde a su edad.

Cuando llega el momento en que el dueño se dedica a sus actividades cotidianas, generalmente dejan al perro solo por intervalos de tiempo, que en ocasiones, llegan a varias horas al día. De pronto el cachorro o joven perro, se encuentra en una situación para la que no esta preparado, algo que el no eligió, y no entiende, le falta del Humano. Esto rompe la condición que venia viviendo hasta ese momento, se siente solo, abandonado y vulnerable, se pone muy ansioso; el perro no aprendió y no tolera estar separado, en consecuencia actúa:

Vocalizando excesivamente cuando el dueño sale de casa. Arañando las puertas intentando seguirlo. Mordiendo y rompiendo cosas, esto incluye objetos personales del dueño Defecando y orinando por toda la casa Y finalmente, cuando se produce el reencuentro: Saltos y euforia Tarda mucho tiempo en calmarse Se le pega al dueño estableciendo contacto físico

Los signos más intensos se presentan generalmente durante los primeros 45 minutos de ausencia y nuevamente unos minutos previos al regreso, cuando existe un horario regular en la salida y regreso por parte del dueño

Al cachorro hay que permitirle momentos de soledad en el lugar que le hayamos asignado, o salidas, de minutos al comienzo (menos de 90 dias), extendiéndolas gradualmente hasta llegar a horas (fondo o patio), de todas formas, el mismo cachorro va a limitar los tiempos para poder descansar. Si dispone de un fondo, lo ideal es mantener la puerta abierta, o una puerta especial para perros. Dándole la libertad de entrar y salir, logrando :

Aprender rápidamente a realizar sus necesidades afuera. Tener momentos de soledad, evitando el hiper-apego. Aprenden a jugar solos, sin necesidad de un humano. Mejor si hay otras mascotas en la casa. El juego que realizan con otras mascotas les proporciona el gasto de energía necesaria para ejercitarse y comer con ganas. Además de socializar, tan importante para su carácter futuro.